Una operación quirúrgica
Los microrretos mensuales del blog El Tintero de Oro, coordinados por David Rubio, proponían, para este mes de mayo, la realización de un microrrelato, con un máximo de 250 palabras, basado en alguna de las emociones que puede llegar a experimentar una persona en determinadas circunstancias.
Es la primera vez que participo, os dejo mi aportación:
UNA OPERACIÓN QUIRÚRGICA
Mañana me intervienen de un tumor cerebral que me
diagnosticaron hace tres meses. Estoy tranquilo, el hospital es uno de los
mejores centros del país.
Acaban de marcharse de la habitación los cirujanos, me han
explicado el procedimiento y me han dicho que mañana vendrán a por mí, que descanse.
Me quedo dormido.
No se cuanto tiempo he estado durmiendo. Me despierto y me
encuentro atado de pies y manos a la cama, no puedo moverme. Miro alrededor y
estoy en otra habitación, mucho más vieja, deteriorada, sin nada.
Aparecen dos sanitarios, de aspecto descuidado y
desaliñado, con batas sucias, incluso con manchas de lo que parece sangre
reseca. Me sacan de la habitación y me llevan por unos pasillos con aspecto de
estar abandonados, los pocos fluorescentes del techo que funcionan titilan como
si fueran a fundirse.
—¿Dónde me llevan? —pregunto totalmente asustado.
—Es hora de su intervención —me contesta uno de los que
empujan la cama.
Me meten en una habitación muy grande, ni siquiera sé si es
un quirófano, aunque hay una mesa alta en el centro con unas luces encima.
Mientras me trasladan de la cama a la mesa puedo ver una serie de herramientas
en una de las paredes.
Estoy aterrorizado, pero esta sensación se agudiza más, si
cabe, cuando uno de los individuos se acerca con un serrucho de grandes
dimensiones.
—¿Preparado para la trepanación? —me dice.
Acabo de despertar. Descubro que todo ha sido una pesadilla,
aliviado compruebo que todo está en orden.
250 Palabras.
Emociones que aparecen:
Confianza, Sorpresa, Miedo, Terror, Alegría, Serenidad.
Hola Antonio, uuuffff, me he acelerado leyendo e iba rápido al final para comprobar si estaba bien el hombre o, efectivamente, era una pesadilla. Bien logradas las emociones, buena participación para el reto. Un abrazo. :)
ResponderEliminarGracias Merche. Me alegro de que te haya gustado. Un abrazo!
Eliminar¡Hola, Antonio! Me parece que el protagonista tuvo la mala idea de ver un gore justo el día anterior a la operación, je, je, je... Una escena que nos muestra el terror atávico a ser anestesiado, dejar nada menos nuestro cuerpo indefenso a lo que alguien esté dispuesto a hacer con él. Emociones qué, aún oníricas, vivimos tal cual si fueran reales. De niño, casi bebé, me hicieron la fimosis, ¿te puedes creer que he tenido un sueño recurrente, tres o cuatro veces, en el que me veía en un hospital y un médico me ponía un desatascador a presión en la boca? Sin duda, asocié la mascarilla de la anestesia con ese objeto de una manera inconsciente. Estupendo aporte al reto! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias David.
EliminarLa verdad es que el límite de las doscientas cincuenta palabras te constriñe mucho, es un reto difícil, imagino que ese es el objetivo, "forzarnos" a escribir fuera de nuestra zona de confort. Quería haber desarrollado un poco más el entorno, durante la fase de terror y al principio también, para que se apreciara bien el contraste, pero según iba escribiendo miraba el contador de palabras y me decía...¡me paso!, ¡me paso!
Un abrazo.
Bienvenido, Antonio! Excelente micro. No te hizo falta desarrollar más el entorno. Trasmites "terroríficamente" el terror que cualquiera siente ante una operación y el alivio "a la vuelta". Un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias Juana, por tu visita y por el comentario. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn saludo!
Jajajajaja. Me olía la tostada porque no me cuadraba nada. Pobre hombre, qué malas son las pesadillas.
ResponderEliminarSi pasó un mal trago, es cierto. Gracias por leerlo y comentar.
EliminarMenos mal que fue una pesadilla, realmente una situación desesperante, muy buen micro.
ResponderEliminarSaludos.
PATRICIA F.
Muchas gracias Patricia, por leerlo y comentar. Un saludo!
EliminarPues las operaciones de un traumatólogo no deben ser con materiales muy distintos a un serrucho.
ResponderEliminarMuy buena tu aportación al reto. Bienvenido. Ojalá te enganches a la participación.
Un abrazo.
Efectivamente, en los quirófanos de traumatología hay mucho instrumental que puede parecer de una carpintería, o ferretería. Lo que no hay, seguro, jejeje, es "cirujanos" tan siniestros. Gracias por la bienvenida y por tu comentario.
EliminarUn abrazo!
Gracias por descubrirme lo del agujero en el cráneo con la trepanación. Siempre es bueno aprender.
ResponderEliminarTu inquietante micro me ha llevado a pensar si estaba ante una nueva era de zombis o el planeta había sido dominado por una inteligencia artificial encargada de exterminar a los humanos. Que se haya resuelto en una pesadilla me ha aliviado bastante... je, je
Buen micro.
Muchas gracias Matilde, por leerlo y comentar. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn saludo!
¡Hola Antonio! Muy buena aportación, bastante terrorífica, creo que tu relato logra inquietarnos por esa situación tan horrible que experimenta el protagonista. Ya de por sí, "hospital", "intervención" son palabras que dan miedo. Me gustó. Saludos.
ResponderEliminarGracias Ana, me alegro de que te haya gustado. Lo cierto es que es una situación angustiosa la que sufrió. Un saludo!
EliminarDe malas cenas están las pesadillas llenas. O eso dicen. Muy buen relato.
ResponderEliminarGracias Guille, por leer el relato y comentar. Un saludo.
EliminarHola Antonio, pues si que ha tenido un placido sueño. Muy bien relatado da miedito. Un placer visitar tu Blog. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Ainhoa, por leer el relato y comentar. Espero más visitas tuyas. Un saludo!
EliminarHola Antonio, muy buena tu participación, de la tranquilidad con la que empieza el micro, se va tornando en angustioso y luego en terrorífico rápidamente (tanto que recordé la película "La escalera de Jacob"), pero al final, ese alivio de saber que fue solo un mal sueño.
ResponderEliminarLos nervios son muy traicioneros, por muy relajados que estemos a la hora de una cirugía, ja, ja.
Grata semana.
Muchas gracias, por leerlo y por el comentario. Me alegra que te haya gustado. Buena semana!
EliminarEstupendo, Antonio. Un micro que además de plasmar muy bien la sensación de miedo del protagonista, mantiene un suspense muy inquietante hasta el momento final.
ResponderEliminarGracias Marta, por leerlo y comentar. Muy agradecido por tu opinión. Un saludo!
EliminarTranquilidad y seguridad inicial que va transformándose en inseguridad y terror absoluto. Para despertar y respirar aliviado sabiendo que solo fue un sueño.
ResponderEliminar¡Conseguido!
Abrazo.
Gracias Francisco, por leerlo y por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Hola Antonio, que microrrelato más angustioso al leerlo, y encima estoy pendiente de una operación, ahora tendré pesadillas. Gran aporte de emociones. Saludos
ResponderEliminarHola Nuria, gracias por leerlo y comentar. Espero que lo tuyo no sea nada grave y que todo vaya muy bien. Un saludo.
EliminarEl terror nace en nosotros y si no lo controlamos, puede hasta matarnos. Muy buen relato, Antonio, donde una vívida pesadilla se abre paso y de qué manera.
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias Pepe, por leerlo y por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn abrazo!
Hola Antonio, veo que te estrenas por el Tintero, ¡bienvenido!. Has conseguido con este protagonista trasladarme a mi experiencia, la primera, con el dentista, ni imaginas las pesadillas con los taladros, de cualquier tamaño. Creí que con la operación le iban a extirpar el tumor, (es mi deseo universal) pero todo queda en ese mal sueño. Un abrazo
ResponderEliminarHola,
EliminarMuchas gracias por la bienvenida, así como por haber leído el relato y comentar. Espero repetir participaciones en futuros retos. Finalmente se entiende que le extirpan el tumor, pero en las condiciones agradables y seguras que se presentaban al inicio, al haberse tratado de un mal sueño.
Un abrazo.
Muy buen micro, Antonio.
ResponderEliminarAl principio logras transmitir toda esa inquietud que se siente ante una intervención quirúrgica, pero también la confianza por saberse en las manos de buenos profesionales. Pero la historia se complica al despertarse atado de pies y manos, qué angustia, qué indefensión. Y luego aparecen esos cirujanos que en nada se parecen a los que describes en las primeras líneas. El miedo deviene terror y, como en todas las pesadillas, cuando parece que va a pasar lo peor, el protagonista de la historia se despierta y resulta que todo está bien. ¡Qué alivio!
Felicidades.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias Estrella, por tu visita y por tu reconfortante comentario. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn abrazo!
Menudo susto se llevó tu protagonista, la situación que describes era contraria a todo lo que el hombre había supuesto .
ResponderEliminarLa pesadilla terminó bien.
Un abrazo Antonio
Puri
Gracias Puri, por leer el relato y comentar. La verdad es que pasó un rato realmente malo, así es.
EliminarUn abrazo!
Hola, Antonio. Qué escena terrorífica! Muy bien narrado.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Mirna, por leerlo y comentar.
EliminarUn abrazo!
Pero "que todo esta en orden", es que no tiene el tumor cerebral, ¿o simplemente que hay un aplazamiento de todo lo que ha pasado?
ResponderEliminarporque si sigue con el tumor...
Muy,pero que muy logrado el clima de terror, aunque sea con la restriccion de espacio.
El uso del presente tambien dota al relato de una intensidad especial (como si no fuera bastante intensidad operar un tumor cerebral)
Me ha gustado mucho
Abrazo
Muchas gracias, por leerlo y por tu comentario. "Que todo está en orden" significa que se ha despertado y comprueba que ha sido una pesadilla, que vuelve a la "normalidad" preoperatoria. Es decir, si ha tenido la pesadilla de noche, a la mañana siguiente lo operaran en "condiciones normales", no de la manera terrorífica que se le presentaba en la pesadilla.
EliminarUn abrazo!
Las pesadillas son todo un derroche de emociones, y desgraciadamente nunca ninguna buena! Un abrazote!
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Un abrazo!
EliminarCómo has logrado que entre en la narración, Antonio.
ResponderEliminarPrimero con la razonada tranquilidad en la confianza en el cirujano que se ha ido transformando en esa pesadilla que acompaña a estas operaciones delicadas y complejas. ¡Qué manera de sufrir!
Un fuerte abrazo :-)
Gracias Miguel Ángel, por leerlo y por tu interesante comentario. Me alegro de que te haya gustado, aunque hayas sufrido un poquito.
EliminarUn abrazo!
Yo tengo una pesadilla así antes de una operación y salgo corriendo en cuanto me despierte y no me encuentran ni con GPS. Qué terror, madre. Muy bien transmitido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajaja, supongo que nos pasaría a más de uno, Rosa. Gracias por leerlo y por tu comentario.
EliminarUn abrazo!
Ufff, terrible pesadilla en un momento tan complicado, buen micro, Antonio. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias Lola, me alegro de que te haya gustado. Gracias por la visita.
EliminarUn abrazo!
Hola Antonio, no me extraña que tuviera ese sueño, teniendo en cuenta lo que tenía por delante, tiene que ser un cúmulo de emociones y el subconsciente es ideal para sacarlas a flote. Buen aporte! saludos
ResponderEliminarGracias Lulita, por leerlo y por tu comentario. Un saludo!
Eliminar¡Uff! ¡Qué fuerte! Hace un par de meses que no aparezco por Tintero. Creo que si no me equivoco ganaste el ansiado tintero de oro, te felicito de nuevo y prometo ir a leer el relato desde que pueda. Bienvenido, compañero.
ResponderEliminarMuchas gracias Tara! Espero que a ti también te guste.
EliminarUn saludo.
Hola Antonio, el mundo de las pesadillas es muy recurrente en literatura, y le has sacado partido.
ResponderEliminarEchándole un vistazo al último concurso he visto que te has llevado el codiciado tintero de oro ¡qué bien! Desde que tenga tiempo y calma pasaré a leer tu relato. Bienvenico a Tintero, compañero.
Gracias Tara, por tu amable bienvenida y por la visita y el comentario.
EliminarUn saludo!