Espantos de agosto, Gabriel García Márquez
En este caso, el autor del relato protagonista de esta entrada, es de sobra conocido por todos, de hecho es universalmente conocido. No obstante, voy a mantener mi costumbre de mostrar unos breves apuntes biográficos antes de comentar el relato.
Gabriel García Márquez (Aracataca, Colombia, 1917 - México D.F., 2014) fue un escritor y periodista, reconocido principalmente por sus novelas y cuentos, aunque también escribió narrativa de no ficción, reportajes y críticas cinematográficas. En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Junto a Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes, fue uno de los exponentes centrales del denominado boom latinoamericano. También está considerado como uno de los autores más representativos del realismo mágico, siendo su obra más conocida, la novela "Cien años de soledad", una de las más importantes de esa corriente literaria.
Entre sus influencias literarias podemos destacar los autores que comenzó a leer en su juventud, como Ernest Hemingway, James Joyce, Virginia Woolf y, especialmente, William Faulkner. La influencia de este último fue reconocida, explícitamente, por él mismo en su discurso de recepción del Premio Nobel, cuando mencionó "mi maestro William Faulkner".
Espantos de agosto es un breve cuento incluido en la colección de relatos
"Doce cuentos peregrinos" publicada en 1992. Incluye doce narraciones escritas entre 1976 y 1982.
Los cuentos se logran unificar por un tema común: historias que van de lo cotidiano a lo extraordinario, con personas de origen latinoamericano en Europa, encontrándose con sus diferencias en las costumbres.
El cuento que nos ocupa está protagonizado por un matrimonio, junto a sus dos hijos, que se encuentran en la localidad de Arezzo, en la Toscana italiana, con motivo de realizar una visita a un escritor venezolano, amigo de ellos, que ha adquirido recientemente un castillo.
En un momento dado, cuando preguntan a una campesina para que les indique el camino a seguir hasta el castillo, ésta les interroga sobre si se quedaran a dormir. Cuando el matrimonio le contesta que no, que solo van para almorzar, la campesina les dice que "menos mal" porque "en esa casa espantan".
Sin mayores contratiempos la familia llega hasta el castillo donde son recibidos por su propietario muy amablemente. Después de almorzar, su amigo les cuenta la historia del castillo, les enseña las estancias y conocen, de este modo, la singular historia de una de las habitaciones y su antiguo inquilino, un tal Ludovico. Esta habitación en concreto es la única que no ha sido reformada, siendo dejada tal cual estaba, después de que el actual propietario comprara el castillo.
Lo que en principio estaba programado como una simple visita para almorzar se alarga más lo debido en el tiempo, por lo que...
Merece la pena leer el resto del relato para conocer el desenlace final.
Lo podéis encontrar en:
Gabriel García Márquez, uno de los más grandes escritores de la literatura. A parte de las novelas, los cuentos son auténticas joyas. Para leer y releer.
ResponderEliminarUn saludo, Antonio.
Gracias María Pilar, por pasarte y comentar. Llevas toda la razón, aunque tengo que confesar que todavía no he leído ninguna novela del autor, aunque tengo intención de hacerlo en breve.
EliminarUn saludo!
Hola Antonio, un gran cuento, me suena que los leí hace muuuucho tiempo, pero no me acuerdo de mucho. Habrá que refrescarlos en la memoria.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Un abrazo. 😊
Gracias Merche. El cuento es sencillito, además de corto, pero me pareció interesante, por eso lo traje al blog. Buen fin de semana!
EliminarEstupendo Antonio, hablar de García Márquez. Habrá que retomar esta lectura. Recuerdo también Relato de un náufrago, breve pero contundente. Gracias! Saludo cordial.
EliminarGracias Maty, por tu visita y por el comentario. Un saludo!
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