La casa infernal, Richard Matheson

 

Portada de "La casa infernal", del escritor estadounidense Richard Matheson, editada por Minotauro


FICHA TÉCNICA

Autor: Richard Matheson

Traducción: Isabel Merino Bodes

Editorial: Minotauro
 
Páginas: 320

ISBN: 9788445006818

Formato: libro electrónico


COMENTARIO


Richard Burton Matheson (Nueva Jersey, 20 de febrero de 1926 - California, 23 de junio de 2013) fue un escritor y guionista estadounidense especializado en fantasía, terror y ciencia ficción.

Se inició en la literatura publicando sus cuentos en el diario Brooklyn Eagle. Una vez instalado en California, sus relatos comenzaron a publicarse, desde 1950, en la revista The Magazine of Fantasy and Science Fiction. Su primer cuento publicado, "Nacido de Hombre y Mujer", lo hizo inmediatamente famoso.

En 1954 se publicó una de las novelas que le han reportado fama universal, "Soy Leyenda". En 1957 se adaptó para el cine su novela "El hombre menguante", resultando la película de culto "The incredible shrinking man".

La casa infernal ha sido la segunda lectura conjunta que he realizado, junto a siete compañeros/as más, en el seno de nuestro club de lectura, Armario de Libros. Las opiniones que expresaré a continuación coinciden con la mayoría de los participantes de la lectura, pudiendo adelantar ya que podemos considerarnos una minoría que tenemos una opinión contraria a las que se pueden encontrar en la mayoría de las reseñas.

Antes de nada, comentar que la novela, a pesar de estar catalogada como una de las grandes novelas de terror, al menos del subgénero de las casas encantadas, no da miedo ninguno. En mi opinión tiene un par de pasajes, cerca del final, donde fallecen dos de los protagonistas (no diré más, ni cuales, para no spoilear), que si resultan unas escenas bastante inquietantes y con tensión, pero nada más.

Esto no es un demérito de la novela, o del propio autor. Continuando con mi opinión personal, considero que, hoy en día, es muy difícil encontrar una lectura que cause verdadero terror o miedo. Estamos muy acostumbrados ya a ver muchas películas de este género en la pequeña o gran pantalla y, frente a los productos audiovisuales, la letra impresa lo tiene muy difícil. Las películas y series se sirven de los efectos especiales, del poder de la imagen, del sonido, etc, para crear esas atmósferas o escenas terroríficas que, al entrarnos directamente por los ojos, si pueden llegar a producir el efecto perseguido.

Antiguamente, en el siglo XIX, la población no tenía más medios de entretenimiento, los que podían acceder a ellos, que la lectura. Es por ello que los relatos de, por ejemplo, los grandes maestros Poe y Lovecraft, eran considerados como grandes relatos de terror. Desde luego, no es mi intención quitarles un ápice de calidad literaria a estos grandes relatos pero, hoy en día, considero que no producen un verdadero miedo.

Volviendo con la novela que nos ocupa, se trata de una antigua mansión, de dimensiones descomunales, por cierto, donde desde hace décadas se han venido produciendo un sinfín de acontecimientos sin explicación evidente. Un anciano millonario, al borde de la muerte, contrata a un equipo de expertos en varias ramas, con el fin de desentrañar los fenómenos que se producen en la casa, y de saber si hay algo más, o no, cuando uno fallece.

En el año 1940, unos treinta antes de los acontecimientos que se narran en la novela, una expedición de expertos ya fue enviada a la casa, con resultados catastróficos, todos murieron menos una persona, la cual forma parte, de nuevo, del equipo contratado ahora, el cual tiene una semana para poder trabajar. En 1931 también fracasó otro intento de esclarecimiento.

El inicio de la novela es lo que más me ha gustado en relación con la ambientación y la atmósfera creada. Cuando el equipo llega a la mansión, todo la descripción de los alrededores, de donde está situada la casa y la apariencia exterior de la misma, así como las diferentes descripciones de los interiores...todo ello está muy bien logrado. Hace, incluso, que el lector se encuentre inmerso en la casa, como si fuera uno más.

A partir de ahí, los días van pasando, el equipo, liderado por el doctor Barrett, con la colaboración de la médium Florence (aunque tienen opiniones totalmente encontradas sobre los fenómenos que se manifiestan), inicia sus trabajos y comienzan a sucederse algunos fenómenos que, como decía al inicio, no llegan a producir ninguna situación verdaderamente terrorífica o angustiosa, al menos en mi opinión y la de mis compañeros de lectura.

Las dos únicas escenas que pueden llegar a producir cierta inquietud, que no terror, por estar muy bien descritas consiguiendo una verdadera sensación de angustia son, como comentaba al inicio, la muerte de dos de los miembros del equipo.

Y por último llegamos al decepcionante final, sí, decepcionante, así lo califico. En primer lugar, inverosímil en grado sumo. Dos supervivientes, de los cuatro que iniciaron la investigación, que también han estado a punto de morir, que deberían estar totalmente muertos de miedo (ellos sí) y con ganas de perder la casa de vista...¡no paran de entrar y salir de la misma en los momentos finales! ¡Pero si una de las veces vuelven a entrar porque uno de ellos no ha tenido tiempo de recoger su equipaje!

Pero para rematar el flojo final (por calificarlo con términos suaves), se produce...(he recordado que no iba a hacer spoilers, por lo que no voy a describir la escena)...se produce una escena en la capilla de la mansión con una solución al caso...¡muy decepcionante!

Afortunadamente se trata de una lectura muy ágil, los dos primeros tercios se leen con avidez, esperando que llegue el final, aunque este último...bueno, lo acabo de comentar.

En líneas generales, y poniéndome a la opinión pública en contra, no la recomiendo. se puede prescindir de su lectura.






6 comentarios:

  1. ¡Hola, Antonio! De Matheson he leído y releído bastante sus relatos, dos antologías las tengo en la estantería y de tanto en tanto les doy un repaso dado que lo considero un relatista de suspense y maestro del arte de atrapar a un lector. En novela reconozco que no lo he leído.
    Lo que apuntas es cierto, yo no recuerdo haber sentido miedo nunca leyendo una novela de terror, es por eso que valoro más el suspense de la trama que el hipotético espanto que me pueda causar. Si soy sincero, tampoco me lo da el cine de terror. Como mucho me puede dar sustos, pero más por el inesperado aumento del volumen del sonido que porque la historia dé miedo. Ayer vi que echaban Insidious y le di una oportunidad por aquello de ser "una de las sagas más aclamadas del género". Joder, qué mala, llena de clichés y casi una copia de Poltergeist. Creo que es un género que está agonizando, al menos artísticamente. Un abrazo!

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    1. Hola David,
      La verdad es que tenía al autor, y lo tengo, como un grande en su género. De hecho, aún sin haber leído nada suyo, cuando en el Cub propusieron la lectura yo les dije que era un "pedazo de autor". He oído muy buenas críticas y reseñas sobre algunas otras novelas suyas, como, por ejemplo, "Soy Leyenda" (adaptada varias veces al cine). Sin embargo, en ésta, la decepción ha sido mayúscula, sobre todo por el ridículo final. Me ha alegrado mucho tu visita.
      Un abrazo.

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  2. Creo que lo dejas muy claro, Antonio. Si, además, añadimos que tus compañeros de lectura coinciden contigo, no hay dudas. Me quedo con tu valoración y sinceridad.
    Un fuerte abrazo :-)

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    1. Hola Miguel Ángel,
      Desde luego ha sido una sorpresa un tanto negativa, y ya digo, hemos coincidido casi todos. Por otra parte, la novela tiene muy buenas reseñas y opiniones en otros ámbitos, pero bueno, ocurre a veces. También me sorprendió porque este autor está considerado como uno de los grandes del género, cosa que no pongo en duda ni un momento, máxime sin haber leído otras novelas suyas. De hecho, otra muy famosa que tiene es "Soy leyenda", de la que se han hecho varias adaptaciones, la última protagonizada por Will Smith.
      Un abrazo!
      P.D.: A ver si mañana puedo leer tu última entrada, que seguro será muy interesante.

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  3. Lástima lo de que el final sea tan decepcionante. En cuanto a lo de producir terror, coincido contigo en que ahora no nos da miedo lo mismo que hace un siglo.

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