La bestia en la cueva, H.P. Lovecraft

 La bestia en la cueva, título original "The beast in the cave", es un relato de terror del escritor estadounidense Howard Phillip Lovecraft, escrito en la primavera de 1904, cuya versión definitiva finalizó el 21 de abril de 1905.

Se publica por primera vez en junio de 1918, en el número seis de una revista llamada The Vagrant, dirigida por su amigo W. Paul Cook. El relato sería posteriormente reeditado por la editorial Arkham House en la antología de 1944 Marginalia.

Aunque se sabe que el relato fue corregido varias veces antes de su publicación, es importante destacar que fue escrito cuando H.P. Lovecraft apenas contaba con catorce años de edad, resultando, por tanto, el ejercicio de un autor muy joven fascinado por el horror. En el relato pueden apreciarse ciertas insinuaciones estéticas que luego se convertirán en señas de identidad del estilo de Lovecraft.

El relato cuenta la historia de un hombre que nos refiere, en primera persona, la angustiosa situación que vivió durante la visita guiada a una cueva. El protagonista visitaba, junto a un grupo de gente y un guía, la llamada Cueva del Mamut. 

Debido a su curiosidad se dispone a explorar ciertos pasadizos por su cuenta, perdiendo el contacto con el grupo. Tanto es así que se encuentra totalmente perdido, con una antorcha que está a punto de consumirse, y con la total certeza de que no va a poder encontrar la salida. De hecho, comienza a estar totalmente convencido de que va a morir de inanición en el interior de la cueva.


"La bestia en la cueva", relato del escritor estadounidense H.P. Lovecraft

 

Cuando se ha consumido definitivamente su antorcha y estado inmerso en la más absoluta oscuridad, comienza a escuchar una especie de pasos que él, en un principio, piensa que estarán producidos por el guía, que se habrá dado cuenta de su ausencia y vuelve a por él.

Sin embargo, de inmediato se da cuenta de que esos sonidos no pueden estar producidos por el guía. Son unos pasos muy blandos, como de algo almohadillado, por lo que empieza a preocuparse y asustarse porque deben estar producidos por algún tipo de animal, máxime cuando en ocasiones cree detectar cuatro pisadas, y no dos, las que producen el ruido.

Cada vez más aterrorizado, y en plena oscuridad, se hace con unas cuantas piedras de considerable tamaño y se refugia apoyándose en una de las paredes de la cueva, a la espera de la llegada del animal, cuyos pasos se oyen cada vez más cerca.

Cuando el sonido es tan cercano que presiente que el animal pudiera estar frente a él, el protagonista realiza dos lanzamientos, con las piedras que tenía en las manos, con la esperanza de haber impactado en la criatura...

Si tenéis curiosidad sobre como habrá terminado la odisea de este hombre, podéis encontrar el relato completo en:

El espejo gótico

Ciudad Seva


Fuentes: 

Blog "El Espejo Gótico"

"Narrativa Completa, H.P. Lovecraft", Volumen I, Valdemar Gótica



1 comentario:

  1. Es sorprendente la edad con que Lovecraft escribió por primera vez este relato, Antonio.
    Lo leo para no quedarme con la miel en los labios o piedra en la mano.
    Un fuerte abrazo :-)

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