Niebla espesa

 Breve relato con el que participo en la propuesta que, cada mes, nos presenta José Antonio Sánchez en su blog Acervo de Letras.

El reto consiste en escribir un relato libre, del género y estilo que prefiera cada participante, pero ateniéndose a algunas pequeñas premisas indicadas por José Antonio, que suelen consistir en que el relato esté inspirado, o trate, sobre alguna imagen o palabra que nos presente.

Para este mes de abril, VadeReto, que es como se denomina la propuesta, nos invita a escribir inspirándonos en la palabra PERDIDA y en la siguiente imagen:

 

Fuente: Imagen de Willgard Krause en Pixabay, a través del blog "Acervo de Letras"

Además, y como última "condición", han de utilizarse al menos tres palabras "raras", que sean inventadas, de uso poco corriente, o utilizadas en un ámbito muy local.

Realizada la presentación de la propuesta, os dejo con el relato confeccionado para la participación en la misma...


NIEBLA ESPESA

¡Cuánto le gustaba a Jaime acudir a cenar, o a comer, a cualquiera de los restaurantes y merenderos existentes en los carriles de la huerta murciana! Esa fecunda y maravillosa huerta que rodea a la capital murciana casi por los cuatro costados, que contiene una miríada de caminos repletos de curvas y recovecos, sin aparente orden, lo que antiguamente eran los caminos que llevaban de la huerta a la ciudad, hoy ya más modernizados, donde muchos han construido sus viviendas, algunas hechas por ellos mismos, con mayor o menor poderío económico, y donde se pueden encontrar estos magníficos establecimientos gastronómicos.

Lleva doce años viviendo fuera de Murcia, por motivos profesionales. De modo que cuando tiene ocasión, en vacaciones por ejemplo, y regresa a su ciudad, siempre concierta una cita con sus amigos, como mínimo, para poder disfrutar de los platos típicos de la gastronomía murciana. Siempre ha tenido la opinión de que la murciana es una de las gastronomías más interesantes del país, lo que ocurre, es cierto, es que nunca ha estado lo suficientemente promocionada por los distintos gobiernos autonómicos que se han sucedido en el tiempo.

Por lo tanto, en esta ocasión no iba a ser menos, y Jaime y sus amigos acababan de terminar una estupenda cena en uno de estos restaurantes. Habían disfrutado de unos deliciosos entrantes, entre ellos el zarangollo, plato típico de las fiestas de primavera murcianas; y, como plato principal, chuletas de cordero a la brasa. Es costumbre pedir en estos establecimientos pollo o cordero a la brasa, fundamentalmente este último. Aunque, con la situación económica actual, se ha puesto el precio del cordero un poco por las nubes, pero bueno, como se suele decir..."un día es un día".

Acabada la cena el grupo se dirigió a buscar los coches en el aparcamiento, después de haberse despedido con numerosos besos y abrazos. El restaurante tenía un aparcamiento justo delante de la entrada, pero no era muy grande y siempre solía estar completo. Como Jaime llegó de los últimos tuvo que aparcar en un terreno, que utilizaban para tal fin, que se encontraba al final de uno de los carriles, un poco apartado del restaurante.

No le importó tener que ser el único que tuviera el coche allí aparcado, ya que la noche era espectacular y, además, la distancia a recorrer no era para nada excesiva. Aunque ya era algo tarde y no se veía a nadie caminando o circulando por los carriles, y las pocas viviendas que se encontraban diseminadas tampoco reflejaban ninguna actividad, el paseo resultaba agradable.

De repente, comenzó a levantarse una tenue niebla que, en principio, sorprendió un tanto a Jaime, pero no le dio ninguna importancia. Pensó que debía ser consecuencia de las altas horas de la noche que eran y de la humedad propia de la zona, no en vano el propio río Segura discurre no muy lejos de la zona. Pero la niebla, rápidamente, se volvió cada vez más tupida, Jaime ya no veía un pijo.



Siguió caminando a la misma vez que la niebla se hacía más y más densa, envolviendo todo lo que se encontraba alrededor. Jaime apenas podía ver el contorno de los limoneros que se encontraban más cerca del camino. Podía ver esas estupendas hojas de limonero con las que se hacían los magníficos paparajotes. Que lástima que esta noche, a la hora de tomar los postres, les dijeran que no les quedaban paparajotes...

A la mañana siguiente, el diario "La Verdad", decano del periodismo en la provincia de Murcia, y periódico con más tirada, publicaba la noticia:

"Se inicia la búsqueda de Jaime Martínez Sánchez, varón de treinta y ocho años de edad que fue visto por última vez cuando se despedía de sus amigos a la salida de un restaurante de la huerta, donde habían acudido a cenar. Su vehículo se ha encontrado esta misma mañana en el aparcamiento donde su propietario lo había estacionado la noche anterior, en perfecto estado y sin que se hayan encontrado indicios de que alguien se haya acercado al mismo..."

Nunca más se supo del paradero de Jaime.


P.D.

Toda la ambientación del relato está basado en datos reales y en mi propia experiencia, aunque no el suceso ocurrido, este último es ficción.

Yo soy murciano y, al igual que nuestro protagonista, al cual, por cierto, he puesto el mismo nombre de pila que mi hijo, llevo años fuera de Murcia por motivos profesionales. En mi caso veintitrés años. Casualmente, acabo de estar en Murcia por las vacaciones de Semana Santa, y he podido disfrutar de una comida en uno de los establecimientos como el descrito en el relato, lo cual hacía muchos años que no se producía.

Para los que no conozcan Murcia, aprovecho para "hacer patria" y recomendaros la visita. Todo lo que se describe respecto a la huerta, los caminos y carriles, las viviendas diseminadas, los restaurantes que la "salpican"...es real. Así como el nombre de nuestro río y el del periódico más importante de la Comunidad.

Respecto a las tres palabras "especiales" son (por orden de aparición):

Zarangollo: es un plato típico de productos de huerta, consistente en un revuelto de huevo elaborado con calabacín, cebolla y, de vez en cuando, patata. Se suele servir a temperatura templada o caliente. 

Pijo: nada que ver con la utilización de la palabra para etiquetar a la gente cuando decimos "es un pijo". Murcia es la tierra del pijo. Es un término que se utiliza mucho y en muy diferentes acepciones. Por ejemplo sustituyendo a "nada", cuando la niebla hace que nuestro protagonista "no vea nada", es decir, "no ve un pijo"; como sinónimo de "mucha velocidad", ese coche va "a pijo sacao" (muy rápido); como insulto (no especialmente grave), ese tío es un "tonto del pijo"; cuando no le damos importancia a algo, "me importa un pijo".

Paparajotes: son un postre típico de la huerta murciana hechos con hojas de limonero recubiertas con una masa elaborada básicamente con harina, leche y huevo que se fríen y espolvorean con azúcar en polvo y canela. ¡Deliciosos!





18 comentarios:

  1. A mí me da que al pobre Jaime lo han trincado un grupo de veganos.

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  2. Hola Antonio, tengo a tu tierra en mi lista de pendientes de visitar, tengo que ir y, sobre todo, probar los platos que indicas, que los conocía, pero que no he probado. En cuanto al relato, muy bien construido, narrado y con las condiciones del reto. Muy bien, en definitiva. Un abrazo. 😊

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    1. Muchas gracias Merche, por leer el relato y comentar. Pues, si puedes elegir cuando llegue el momento, te aconsejo visitarla en estas fechas precisamente, en Semana Santa. El ambiente de la ciudad es espectacular y en caso de que te gusten las procesiones, las nuestras son muy bonitas.
      P.D.: En verano no se te ocurra, pues hace un calor para morirse.
      Un abrazo!

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  3. Hola, Antonio.
    Un relato intrigante, por el inesperado giro final; pero, al mismo tiempo, estimulante del apetito. La hora a la que estoy leyéndolo me ha hecho pegarle un susto al frigorífico. 😝
    No conozco tu tierra, pero tengo conocidos que me han hablado muy bien de ella. Ahora que tú me la has puesto como objetivo gastronómico, la adelanto varios puestos en la lista. 😜 (aunque haya riesgo de "perderse" 😅)
    Con respecto a los "palabros": Conocía los dos últimos, (el Paparajote lo he visto hacer, aunque no lo he probado); pero no sabía la curiosidad del empleo de "pijo" con tantos usos. Me ha recordado al "bastinazo" gaditano, que también lo usamos para todo.
    Muchas gracias por la participación en el VadeReto. Un Abrazo.

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    1. Gracias, José Antonio, por leer el relato y tu estupendo comentario. Por parte, he estado por tu provincia varias veces, por motivos de trabajo y deportivos, en distintas localidades (Tarifa, Algeciras, La Línea, Jerez, Puerto de Santa María) pero nunca en Cádiz capital. A ver si un día pudiera visitarla, la "Tacita de Plata". Un abrazo!

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  4. Hola Antonio, pues primero Jaime nos antoja todos esos platillos y luego nos espanta el hambre cuando desaparece en medio de esa neblina misteriosa. Un cuento muy interesante. En febrero estuve en España (yo vivo en México) y camino al pueblo de mi abuelo (Guadix) pasé a un ladito de Murcia. Después mucha gente me dijo que debimos pasar, pero bueno, ya lo anoté para la próxima y después de leer lo de su gastronomía, ahora con más ganas lo haré.
    Me gustó mucho tu relato, saludos.

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    1. Muchas gracias Ana, por leer el relato y por comentar. Me agrada mucho que te haya parecido interesante, máxime viniendo de una escritora mucho más experta, al menos en comparación conmigo. Un saludo!

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  5. Entretenido relato con un buen final. Por cierto me encanta tu tierra, visito a menudo sus playas y sus bonitas zonas. Un saludo de ANTIGÜEDADES DEL MUNDO

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    1. Muchas gracias por leer el relato y comentar. Me alegro de que te guste ir por allí. Un saludo!

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  6. ¡Hola, Antonio! Un relato que nos deja en ascuas por el destino de Jaime, tanto si la niebla es real como metafórica. Un relato en dos partes donde la cotidianidad de la primera contrasta con el lúgubre final. Desgraciadamente solo he pasado por Murcia de paso, cuando era niño y adolescente y cada verano pasábamos de noche de camino al pueblo de mis padres en Almería. ¡Qué calor esas noches de agosto por cierto! Es curioso, pero quizá ese uso de Pijo también se extienda por Granada o Almería. Al menos esa expresión de no ver un pijo la suelo decir mucho. Un abrazo!

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    1. Gracias David, por leer el relato y comentar. ¿Cuál es el pueblo de Almería de tus padres?, pues se da la circunstancia de que yo vivo actualmente, desde hace casi veinte años, en Roquetas de Mar. Un abrazo!

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  7. ¡Pobre Jaime! Ains, y con el mismo nombre de tu hijo. Espero que no seas supersticioso.
    Me ha encantado que hagas patria de tu tierra 😊👍

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    1. Gracias por leer el relato y comentar. No soy supersticioso, al revés, alguna vez he utilizado su nombre como homenaje o para dedicarle el relato. La verdad es que tenemos una tierra maravillosa que no está promocionada como se debiera. La echo de manos al estar fuera de ella casi veinte años ya. Un saludo!

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  8. ¡Que traicionera la niebla murciana! Ja, ja! Lo que si dan ganas, pese a la niebla, es de perderse por allí para catar la gastronomía local! Tomo nota! Un abrazo!

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    1. Muchas gracias por leer el relato y comentar. Ya te aseguro que si pruebas la gastronomía te va a encantar. Un abrazo!

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  9. Hola Antonio.
    La intriga nos carcome. ¿Qué pasó con el pobre Jaime?
    Me ha gustado la ambientación, esa niebla misteriosa y la descripción de la gastronomía. Nos has dejado con las ganas de un viajecito para ver los paisajes y, sobre todo, conocer algún restaurante de la huerta.
    ¡Buen uso de las palabras raras en el relato!
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias! Si terminas haciendo un viajecito por allí...seguro que te encanta. Gracias por leerlo y comentar. Un abrazo!

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